40 horas sin sueño son 40 siglos.
Pierdo la razón y la razón me pierde a mi, pierdo el sentido, las ganas y la cordura pareciera escaparse con el viento sur.
Ya se han ido con el tiempo los retazos de alegrías, viajaron con tu primor las dulces razones para despertar.
Las noches son frías y tristes los amaneceres..
Para qué entonces he de dormir?