Volvemos a lo mismo, nuestra montaña rusa de emociones.
Yo te extraño, lo sabes.
Mi catarsis, llego de tanto pensar, al nirvana.
Me elevo, bajo, subo y vuelo de nuevo.
Eres tan abstacto, tan bizarro, tan poco elocuente (o demasiado), que te lloro, te pienso y te creo, aunque solo sea un poco y poquìsimo.
Estàs en paz? O viviste en ella?
No concibo en celeste, odio celeste... Porque vivì de tì, y tù de mi, o eso estimo.
Ya no me importa nunca me creas... pero TE SOY SINCERA Y NO TE MIENTO!!!
(aunque nos duela de tanto pensar).
Tu mente juega creyendo en el vaivèn de los cuerpos, pero el cuerpo basta solamente como catalizador.
Te pido perdòn, aunque no lo haga màs.
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